Mientras que a la mayoría de limeños se le va agotando la paciencia para ver en funcionamiento el corredor Metropolitano, los amantes de la bicicleta le sacan provecho a la demora de la obra de transporte público más importante de la ciudad: muy temprano se puede ver a grupos de ciclistas pedaleando por el carril que va desde Barranco hasta el Centro de Lima.
Ángel Robles es uno de estos empeñosos ciclistas y relata que un día se propuso recorrer todas las ciclovías que existen en la capital, pero encontró tramos inconexos y muchas veces bloqueados con desmonte y basura.
Hace unos días, con Alberto López y Marko Palacios, ciclistas del colectivo Cicloaxión, que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo, intentamos repetir su experiencia y comprobamos que movilizarse en “bici” por la ciudad puede ser hasta una actividad peligrosa porque los ciclistas parecen invisibles para los automovilistas.
El Plan Maestro para el Transporte No Motorizado de Lima recomienda que nuestra capital tenga 300 kilómetros de ciclovías integradoras, pero actualmente tiene 107.380 km que no necesariamente son vías que se conectan entre distritos.
Aunque cada año su presupuesto es menor (este año solo cuenta con 1’400.000 soles, es decir, 400.000 menos), la Gerencia de Transporte No Motorizado de la Municipalidad de Lima es una de las pocas que invierte en la construcción de ciclovías.
Según Ovidio Costilla, responsable de esta gerencia, en los últimos cuatro años se construyeron 35 km de ciclovías y se rehabilitaron otros cuarenta. Este año, con el dinero disponible se hará la ciclovía de dos kilómetros en la avenida Mateo Pumacahua (Villa El Salvador).
La ausencia de recursos suele ser la principal razón por la que la mayoría de municipalidades distritales posterga obras, pero con las ciclovías ha ocurrido algo paradójico: el 2004 el Fondo Mundial para el Medio Ambiente donó 7’900.000 dólares al Perú para el proyecto Humanizando el Transporte, creado principalmente para fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo y no contaminante en Lima y Callao.
Con este impulso económico, la meta en obra física era construir por lo menos 70 kilómetros nuevos de ciclovías integradoras.
Según el Fondo Nacional del Ambiente (Fonam), encargado de ejecutar los recursos a través de convenios con las municipalidades provinciales y distritales, hasta la fecha está comprometido el 70% del dinero donado.
Entre el 2005 y 2006, se rehabilitaron 43 kilómetros de ciclovías y se construyeron también algunos tramos. Además, se invirtió en la capacitación al personal de municipalidades y campañas educativas en los colegios.
No obstante, Julia Justo, directora ejecutiva del Fonam, sostiene que se ha tenido que reformular los proyectos para invertir el dinero donado aún pendiente por ejecutar (un promedio de dos millones de dólares), ya que los que se pensaron realizar en San Borja, Miraflores y San Isidro no se concretaron por falta de acuerdos satisfactorios con las municipalidades.
Ángel Robles es uno de estos empeñosos ciclistas y relata que un día se propuso recorrer todas las ciclovías que existen en la capital, pero encontró tramos inconexos y muchas veces bloqueados con desmonte y basura.
Hace unos días, con Alberto López y Marko Palacios, ciclistas del colectivo Cicloaxión, que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo, intentamos repetir su experiencia y comprobamos que movilizarse en “bici” por la ciudad puede ser hasta una actividad peligrosa porque los ciclistas parecen invisibles para los automovilistas.
El Plan Maestro para el Transporte No Motorizado de Lima recomienda que nuestra capital tenga 300 kilómetros de ciclovías integradoras, pero actualmente tiene 107.380 km que no necesariamente son vías que se conectan entre distritos.
Aunque cada año su presupuesto es menor (este año solo cuenta con 1’400.000 soles, es decir, 400.000 menos), la Gerencia de Transporte No Motorizado de la Municipalidad de Lima es una de las pocas que invierte en la construcción de ciclovías.
Según Ovidio Costilla, responsable de esta gerencia, en los últimos cuatro años se construyeron 35 km de ciclovías y se rehabilitaron otros cuarenta. Este año, con el dinero disponible se hará la ciclovía de dos kilómetros en la avenida Mateo Pumacahua (Villa El Salvador).
La ausencia de recursos suele ser la principal razón por la que la mayoría de municipalidades distritales posterga obras, pero con las ciclovías ha ocurrido algo paradójico: el 2004 el Fondo Mundial para el Medio Ambiente donó 7’900.000 dólares al Perú para el proyecto Humanizando el Transporte, creado principalmente para fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo y no contaminante en Lima y Callao.
Con este impulso económico, la meta en obra física era construir por lo menos 70 kilómetros nuevos de ciclovías integradoras.
Según el Fondo Nacional del Ambiente (Fonam), encargado de ejecutar los recursos a través de convenios con las municipalidades provinciales y distritales, hasta la fecha está comprometido el 70% del dinero donado.
Entre el 2005 y 2006, se rehabilitaron 43 kilómetros de ciclovías y se construyeron también algunos tramos. Además, se invirtió en la capacitación al personal de municipalidades y campañas educativas en los colegios.
No obstante, Julia Justo, directora ejecutiva del Fonam, sostiene que se ha tenido que reformular los proyectos para invertir el dinero donado aún pendiente por ejecutar (un promedio de dos millones de dólares), ya que los que se pensaron realizar en San Borja, Miraflores y San Isidro no se concretaron por falta de acuerdos satisfactorios con las municipalidades.
Lo pendiente es la ciclovía para el Callao (en fase de licitación) y otra para Los Olivos (concluido el expediente técnico y próximo a convocarse a licitación).
Hoy se focalizará la intervención técnica y económica en el proyecto de ciclovía de siete kilómetros que unirá Lince y Jesús María. Sin embargo, para la ejecución de los recursos será necesario que el Fondo Mundial para el Medio Ambiente amplíe el plazo del proyecto por lo menos por un año más. De lo contrario, solo se dejaría el expediente técnico de la obra a las municipalidades y se devolvería la donación.
Hoy se focalizará la intervención técnica y económica en el proyecto de ciclovía de siete kilómetros que unirá Lince y Jesús María. Sin embargo, para la ejecución de los recursos será necesario que el Fondo Mundial para el Medio Ambiente amplíe el plazo del proyecto por lo menos por un año más. De lo contrario, solo se dejaría el expediente técnico de la obra a las municipalidades y se devolvería la donación.
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